La rabia es una enfermedad muy grave, causada por un virus, que ataca al sistema nervioso del animal que la sufre.
Aunque el perro es el mamífero más afectado por esta enfermedad, todos los animales de sangre caliente, incluidos los humanos, pueden ser infectados por la rabia. No obstante, dado que el virus se encuentra en la saliva, es necesario recibir una mordedura para contraerlo. Además de los perros, otros animales como los zorros, los mapaches y los murciélagos son también portadores comunes de la enfermedad.
Una vez se manifiestan los síntomas de la rabia no hay ningún tratamiento para combatirla,su índice de mortalidad es del 100%. Sin embargo, podemos prevenir su aparición a través de las vacunas antirrábicas.
Aunque en España la enfermedad está erradicada y en algunas comunidades (Galicia, País Vasco y Cataluña) la vacunación no es obligatoria, siempre es recomendable, ya que el tráfico de animales domésticos existente en nuestro país aumenta las posibilidades de contagio al introducir mascotas de otros países donde la enfermedad sigue latente.
Los perros reciben la primera vacuna antirrábica cuando son cachorros y después tienen que vacunarse periódicamente según marque la ley en cada comunidad (por lo general se realiza cada año). Es importante consultarlo con el veterinario para que establezca un calendario de vacunación.
También existen vacunas contra la rabia para personas con riesgo de contagio, normalmente especialistas y profesionales del sector, como veterinarios, adiestradores...
Desarrollo de la enfermedad
Cuando un perro contrae la enfermedad primero pasa por una fase llamada prodrómica. En ella se observa un cambio brusco en la conducta del animal, convirtiendo a los perros más sociables en asustadizos y a los más agresivos en animales excesivamente dóciles y tranquilos.
Después la enfermedad puede manifestarse de dos formas, como rabia furiosa y/o rabia paralítica.
- La rabia furiosa se caracteriza por una actividad intensa, y por una gran agresividad e irritabilidad del perro ante estímulos externos.
- La rabia paralítica, tal y como su propio nombre indica, se caracteriza por la parálisis de los músculos de la cabeza y el cuello, impidiendo que el perro trague saliva y muera por insuficiencia respiratoria.
Estas manifestaciones no se producen en todos los casos, a veces el perro pasa directamente de la fase prodrómica a la paralítica o no pasa por ninguna.
En definitiva, está en nuestras manos asegurarnos de que nuestras mascotas tengan una salud plena. Para ello, no te arriesgues, vacuna a tu perro.
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