Un buen mantenimiento del acuario es esencial para la vida de los peces. Sigue estos consejos para la correcta limpieza del acuario.
Además de dotar al acuario con todos los accesorios necesarios (filtro, calentador, termómetro...) y asegurarse diariamente de su correcto funcionamiento, hay que realizar una limpieza periódica.
La limpieza del acuario no significa vaciar el acuario y frotar los cristales con agua y jabón, sino que se trata fundamentalmente de un cambio parcial de agua. Es decir, extraer la cantidad de agua necesaria para sustituirla por agua nueva y controlar así los niveles de amoniaco y nitritos.
La cantidad de agua que hay que sustituir viene determinada por el tamaño del acuario y lafrecuencia en que decidamos realizar la limpieza, ya que es necesario respetar el ciclo biológico del acuario: al vaciar el agua, además de la suciedad, eliminamos las bacterias nitrificantes y, si cambiamos el agua con demasiada frecuencia o en cantidades muy elevadas, dañaremos el ciclo.
Sin embargo, tampoco podemos dejar que pase demasiado tiempo entre limpieza y limpieza, porque la suciedad se acumularía en el acuario aumentando el amoniaco y los nitritos hasta niveles perjudiciales para los peces. Por eso es importante intentar mantener un equilibrio entre la frecuencia del cambio y la cantidad de agua renovada.
- Si se realiza el cambio de agua semanalmente, la cantidad de agua renovada no deberá ser mayor de un 10% de la capacidad del acuario, en un acuario de 100 litros, por ejemplo, 10 litros de agua.
- Otra opción es realizar un cambio cada 15 días de aproximadamente un 15% de agua. Por lo general es lo más cómodo y equilibrado.
- La limpieza mensual supondría cambiar un 25-30% de agua, ya que durante un mes se acumula mucha suciedad. Por eso, los cambios mensuales son más complicados, porque la masa de agua es mayor y es más difícil manipularla. Además, se eliminan muchas bacterias de golpe y los peces se estresan más.
Para extraer el agua del acuario se puede utilizar un sifón. Es un aparato muy sencillo que además limpia el sustrato del acuario. Se puede encontrar en cualquier comercio especializado y consta de un tubo transparente conectado a una manguera flexible de plástico. Hay que tener cuidado de no remover en exceso la grava para no levantar demasiada suciedad, que quedaría suspendida en el agua.
También es necesario eliminar otros deshechos como las hojas muertas de las plantas o la comida sobrante, que generan amoniaco. No es necesario esperar a realizar la limpieza del acuario para recoger estos restos, lo mejor es hacerlo nada más detectarlos.
El agua nueva puede tomarse directamente del grifo, pero tomando ciertas precauciones:
- Es necesario dejar que el agua repose en un recipiente durante al menos media hora. También es aconsejable aplicar un acondicionador apropiado, que podrás encontrar en cualquier tienda especializada. Ten en cuenta que los parámetros del agua corriente de cada ciudad son distintos y hay lugares donde el agua es más dura o contiene más cal.
- Al extraer agua del acuario se eliminan un gran número de bacterias nitrificantes y lo mejor es sustituirlas. Estas bacterias se comercializan y las puedes adquirir en cualquier tienda, es un producto muy útil que servirá para repoblar la colonia de bacterias del acuario cada vez que se realiza una limpieza.
- Si el agua está muy fría es necesario calentarla para que la temperatura del acuario no baje demasiado. Un cambio radical de la temperatura podría generar problemas de salud en los peces o enfermedades como el punto blanco.
- Debes tener cuidado al echar el agua en el acuario y hacerlo poco a poco para no revolver el sustrato ni agobiar demasiado a los peces. Para reducir el estrés, una opción es apagar la luz mientras se realiza el cambio.
Además de cambiar el agua, es necesario limpiar el filtro del acuario. Esta tarea se realiza mensualmente y se trata de aclarar un poco los elementos que componen el filtro (las esponjas) con el agua extraída del acuario, ya que en caso de hacerlo con agua limpia eliminaríamos las bacterías que pueblan el filtro. Por la misma razón, no es aconsejable aclararlo demasiado, basta con eliminar el exceso de suciedad. Aprovecha la ocasión para cambiar la turba y el carbón activo del filtro.
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