Mascota: Roedor
Familia: Roedores (Rodentia)
Grupo: Chinchíllidos (Chinchillidae)
Origen: América del Sur
Tamaño: Pequeño
Familia: Roedores (Rodentia)
Grupo: Chinchíllidos (Chinchillidae)
Origen: América del Sur
Tamaño: Pequeño
Historia:
La chinchilla es un mamífero del grupo de los chinchíllidos dentro de la familia de los roedores. Probablemente su nombre proviene del quechua que utilizaban tres palabras para referirse a ella: "chin" que significa silencioso, "shinchi" (fuerte) y en diminutivo "lla", para referirse a su pequeña estatura.
Son originarias de Sudamérica, de la zona sur de los Andes (Argentina, Chile, Bolivia y Perú). Los incas utilizaban sus pieles para fabricar abrigos y protegerse del frío. Hacia 1820 llegó el primer ejemplar de chinchilla al zoo de Londres y 15 años después al de Hamburgo, en Alemania.
Sus pieles empezaron a ser muy cotizadas tanto en Europa como en EE.UU. y a principios del siglo XX su caza fue tan indiscriminada que estuvo al borde de la extinción. En 1910 los gobiernos de Argentina, Chile, Perú y Bolivia firmaron un acuerdo que prohibía la caza y la venta de pieles de chinchilla. Más tarde, un norteamericano consiguió permiso para llevar una docena de ejemplares a California, donde creó una granja y comenzó su comercio como mascotas.
Rasgos físicos:
Las chinchillas son de pequeño tamaño, miden entre 25 y 35 centímetros y pesan alrededor de medio kilo. En este caso, las hembras suelen ser ligeramente más grandes que los machos.
La cola es bastante larga, recta y curvada hacia arriba, y su pelaje es menos espeso que en el resto del cuerpo. Gracias a ella mantiene el equilibrio cuando salta, ya que puede alcanzar alturas de más de un metro. Sus fuertes patas le sirven para impulsarse, sobre todo las traseras que están muy desarrolladas. Utilizan las delanteras para coger las cosas y acicalarse.
Los ojos son redondos, grandes y brillantes. Están adaptados a la oscuridad ya que la actividad de las chinchillas es principalmente nocturna, apenas ven cuando hay luz. En estos casos, se guían a través de sus largos bigotes, que utilizan para medir distancias, localizar objetos y reconocerlos. Además, sus bigotes son regenerativos, si pierde uno le volverá a salir. También se valen de su fino oído.
El pelo de la chinchilla es brillante, muy denso y extremadamente suave. Está considerado el pelaje más sedoso del mundo, superando por 30 veces la suavidad del cabello humano. El color y la textura pueden ser muy variados.
Se distinguen dos tipos de chinchilla: la brevicaudata y la lanígera o costina. La primera tiene el pelaje más largo y tupido, así como una cola mucho más pequeña.
Comportamiento:
Las chinchillas son muy ágiles y activas, les encanta saltar y trepar por donde sea. Pueden escapar con facilidad, ya que son muy flexibles y rápidas, aunque se cansan en seguida. Son gregarias, les gusta vivir en grupo y mantener relación con otros individuos de su misma especie.
Suelen ser muy asustadizas hasta que se acostumbran al entorno y al dueño. Después, se volverán amigables y sociables con los humanos. Además gracias a su inteligencia y a su buena memoria pueden aprender muchas cosas con un poco de paciencia.
En el entorno natural su actividad se desarrolla por la noche, pero en cautiverio se acostumbran al ritmo del dueño y exigirán que se respeten los horarios de las comidas, los paseos... Son muy limpias, se acicalan ellas mismas o entre ellas y no dan mal olor.
Alimentación:
La alimentación básica de la chinchilla es heno, pienso (pellets) y agua. El heno es fundamental para el aporte de fibra, siendo la parte más importante de su dieta. El pienso, necesario para el desgaste de los dientes, debe ser específico para chinchillas o, en su defecto, para conejos enanos. Como complemento puede comer algunas frutas y verduras como las zanahorias, los tomates, los guisantes, los plátanos, las peras, las manzanas o las ciruelas. Estos alimentos deben ser frescos, estar secos y a temperatura ambiente. Además, debemos enterarnos cuáles pueden ser tóxicos.
Como golosina o premio podemos ofrecerle esporádicamente frutos secos o uvas pasas, pero no más de uno a la semana. Por otro lado, un complemento ideal es el pan duro, una buena fuente de fibra, que le servirá para desgastar los dientes. Los bloques de calcio también son recomendables por esta misma causa.
Mantenimiento y cuidados:
Lo ideal para una chinchilla es una jaula amplia con varios niveles de altura para que pueda trepar y saltar de un nivel a otro. Si es de madera, tendrá que estar protegida con aluminio o un material que no puedan roer, si no la destrozará. En el suelo, hay que situar un refugio para que pueda esconderse cuando quiera, así como el comedero y el bebedero. Estos últimos hay que limpiarlos todos los días. En los comederos puede haber excrementos, porque muchas veces se suben encima para comer, y los bebederos pueden estar obstruidos o gotear, así que habrá que vigilarlos.
Para el baño, nunca se deben mojar. Las chinchillas utilizan una arena especial para lavarse, lamarmolina. Basta con echar unos 2 cm. en un recipiente profundo y meterlo en la jaula. En cuanto lo vea, el animal se meterá y comenzará a restregar el pelaje contra la arena para limpiarlo. La frecuencia del baño depende de la temperatura del ambiente: a mayor humedad, más baños.
En época de muda, primavera y otoño, debemos cepillarla de vez en cuando para eliminar los pelos que no terminan de caer. No debemos sujetarla con fuerza, ya que se asustará y soltará el pelo que estemos agarrando para poder liberarse.
Es muy importante mantener una temperatura suave en la estancia donde viva la chinchilla y una humedad media. Debido al espesor de su pelaje, estos animales son muy propensos a los golpes de calor y no soportan las altas temperaturas.
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