lunes, 31 de diciembre de 2012

El parto en los hámsteres


Las hembras de los hámsteres suelen salir preñadas con frecuencia, y durante este tiempo es vital alimentarlas con mayor cuidado debido a que quedan muy debiles durante la gestación y el período de lactancia. Cuando las crías nacen es la misma madre quien suele hacerse cargo de cada uno de los pequeños, limpiándolos y cortándoles el cordón umbilical, los cuida y alimenta hasta que vuelve a preñarse debiendo ser sacadas de inmediato del nido antes de que la madre se las coma.
Los hámsteres son roedores muy tiernos y amigables, pero las hembras sueles tornarse bastante nerviosas los días previos al nacimiento de sus crías. Comienzan a meter y sacar materiales del nido, ha escarbar y a rascar como si quisieran dejar todo mas cómodo para su hijos.

Pero lo mejor es ser muy discretos y alejarnos del nido, no debemos mirar, ni estar muy pendientes, porque de lo contrario la hembra se comerá a sus crías.

Cuando se encuentran en estado de gestación, las hembras suelen cambiar su comportamiento, no se dejan acariciar muy a menudo ya que siente mucho temor por sus crías y prefieren estar solas y sentirse más seguras.

Las horas del parto ocurren las últimas horas de la tarde y duran media hora, los pequeños nacen cada cierto tiempo y la madre puede ocuparse sola de cada uno de ellos por separado. Luego de parir a su cría, rasga y devora la membrana amniótica devorándosela. Después libera a su hijo y rompe con los dientes el cordón umbilical, limpiándolo y eliminando los restos de líquido amniótico de las bocas.

Después del parto normal todo queda limpio y seco, las crías quedan aseguradas cada una en los pezones de la madre lactando con mucha fuerza. La madre les da de mamar echada y si tiene pocas crías se sienta erguida para poder amamantarlas.

Es normal ver a la madre lamiendo siempre a sus hijos, ya que con ello les estimula su metabolismo y se come sus excreciones manteniéndolos limpios. Las crías emiten unos sonidos muy particulares y ultrasónicos que solo ella puede oírlos reaccionando enseguida y yendo en su ayuda.

Cuando cumplen 8 días de nacidos, ya son capaces de encontrar el camino de regreso cuando han quedado fuera del nido por prenderse del pezón de su madre.

Antes, durante y después del parto, la madre debe tomar la suficiente cantidad de leche y recibir una alimentación rica en proteínas, sobre todo si han quedado preñadas muy jóvenes ya que necesitan de las proteínas para ellas mismas, si no son bien alimentadas, será común que se coman a sus propias crías.

Cuando alcanzan los 6 ó 7 días de nacidos, la madre ya les lleva su primer alimento sólido al nido, ya que sería muy poco e insuficiente que sigan alimentándose solo de leche.

Casi siempre la hembra vuelve a preñarse por lo que algunas especies sacan a sus crías del nido, y en otras serán los dueños quienes lo hagan, antes de que la madre se las coma.

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